En total son 72 los reductores de velocidad que están colocados en dicho trayecto.
El empresario santiagués Fernando Aníbal Capellán Peralta asegura que esos policías acostados fueron colocados sin ningún criterio.
Dice que esas advertencias alejan a inversionistas y visitantes de las comunidades de la frontera y Línea Noroeste.
Los argumentos
Jorge Luis Estévez, otro usuario de esa carretera, denunció que la mayoría de reductores representan un peligro para los conductores, ya que no tienen buenas señalizaciones.
“Un policía acostado en una carretera sin una debida y oportuna señalización es igual a accidentes y luto”, refirió.
Además, Jorge Luis Estévez asegura que representa un gasto extra de combustible y tiempo para el viajero.
Mientras que choferes del transporte público consultados aseguraron que los reductores deterioran sus vehículos.
Los policías acostados son colocados mayormente en zonas rurales para detener la velocidad excesiva de los conductores.
Por: Edward Fernández
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